Para el diseñador de Phoenix Design un buen diseño no solo equivale a otorgar durabilidad y cualidades ecológicas a los productos, sino también a incluir una pizca de magia. Magia que tiene el poder de transformar incluso los artículos producidos en serie en auténticas personalidades capaces de impresionar a un jurado. La creciente diversidad funcional de numerosos productos modernos aumenta la necesidad de que sus complejos procesos operativos resulten atractivos, sensuales e intuitivos.